LA SENTENCIA
Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los arboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo.
El emperador accedió: el suplicante dijo que era un dragón, y que los astros le habían revelado que el día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño el emperador juró protegerlo
Al despertar el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio: el emperador lo mandó buscar.
Lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez ( * ) ajedrez chino
La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido. Un estruendo conmovió la tierra, Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre, la arrojaron a los pies del emperador.
Gritaron: Cayó del cielo. Wei Cheng, que había despertado, la miro con perplejidad y observó: Qué
raro, yo soñé que mataba a un dragón así.
Montenegro